Finaliza la edición de 2021 de «sábados en el monasterio»

7 de julio de 2021
Un año más hemos dedicado el tercer sábado de mes a orar en lo que llamamos Sábados en el Monasterio, una mañana dedicada a Dios, al silencio, a la oración personal, al encuentro también con otras personas con las que la oración se hace comunitaria, en un marco inigualable como es el Monasterio de la Resurrección.
Estos sábados los preparamos un equipo de personas del Taller del Personalización de la fe y la comunidad de canonesas y laicos del Santo Sepulcro.
Este curso programamos estos sábados en el marco de la pandemia que estamos viviendo, con aforo reducido y un tiempo de duración más corto que otros años, en horario de 11 a 12,30h.
La respuesta a la propuesta fue muy buena, percibimos la gran necesidad que teníamos muchos de espacios de oración abiertos tras unos meses de obligado retiro en nuestras casas.
Este año nos pareció apropiado orar con los salmos, ya que es la oración más personal y más directa que tenemos para dirigirnos a Dios, en los momentos alegres y los momentos de tristeza y preocupación, en los momentos de gratitud y gozo profundo y en los momentos de adversidad.
Invitamos a la oración con el lema “El clamor de los salmos hoy”, dedicando cada mes la oración a un tema específico:
Octubre: Invocar
Noviembre: Pedir salud
Diciembre: Confiar
Enero: Agradecer
Febrero: Obediencia de fe
Marzo: Pedir perdón
Abril: Alegría
Mayo: Alabar
Junio: Pedir intimidad
En estos sábados nos hemos puesto ante el Señor desde lo que somos y desde el momento en que vivimos, recién salidos de unos meses muy duros de pandemia en los que la incertidumbre, el miedo y el desconcierto han anidado en nuestros corazones.
Y hemos encontrado, cada mañana de sábado en el Monasterio, la presencia de Dios, su cercanía cuando lo invocábamos y pedíamos salud; en Él hemos puesto nuestra confianza y obediencia de fe, hemos abierto el corazón para recibir el perdón y perdonar nosotros también.
Se nos han llenado las entrañas de alegría desbordante bailando una danza orante en el claustro del monasterio, de alegría serena en el Encuentro confiado; hemos alabado al Señor y en el sábado de junio, como cierre del curso, hemos pedido intimidad con el Señor, hemos reflexionado sobre si realmente queremos esta intimidad, si deseamos de verdad a Dios y le pedimos conocer su amor.
Damos gracias a Dios por cada minuto y espacio de oración que nos brinda la posibilidad de dejar en la puerta nuestro quehacer diario y abrirnos al encuentro personal con Dios, del modo y manera en que el Espíritu nos lleve a cada uno de nosotros.
Con un corazón agradecido por el regalo que estos sábados de oración han supuesto para los que hemos podido participar en ellos, finalizamos el curso y esperamos unos días de descanso. Abandonados en su Amor.